martes, 4 de octubre de 2011

EL HUERTO URBANO

Este tipo de cultivo procede en los albores de la agricultura durante la Revolución Neolítica de las prácticas de siembra de las mujeres, que sembraban semillas alrededor de la cueva o vivienda donde vivían, con lo cual llegaron a desarrollar e inventar un modo de economía más seguro, ya que las plantas de cultivo le permitían guardar gran parte de la cosecha para las épocas de escasez.

Más recientemente, la práctica de los huertos familiares correspondía a los jardines en las casas urbanas de las afueras de la ciudad. Las casas de la clase terrateniente en los Estados Unidos en el siglo XIX (por ejemplo, Mount Vernon, el hogar de Jorge Washington) tenían un huerto bastante grande que se conocía como The Kitchen Garden (el jardín de la cocina). Pero modernamente, la práctica de mantener pequeños huertos urbanos se está extendiendo entre las familias de escasos recursos, generalmente habitantes de zonas urbanas marginales.

Muchas veces la finalidad de estos huertos, propiciados por entidades gubernamentales y ONGs, no es la de suplir una cantidad importante de alimento sino que más bien la de promover una diversificación de los hábitos alimentarios.

En el huerto orgánico frecuentemente se aplican técnicas orgánicas, evitando el uso de biocidas (herbicidas, insecticidas, acaricidas, etc), recreando un ecosistema que se sostiene con la diversidad de los cultivos, la rotación de los mismos y el aporte de abonos orgánicos.

La agricultura urbana brinda un marco en el cual la familia, vecinos, o grupos afines pueden aprender a observar y facilitar los procesos naturales (siembra, crecimiento, cuidados, floración-reproducción, injertos, cosecha, poda, conservación, elaboración de alimentos, resiembra). Además de tener propósitos productivos, tiene un contenido educativo y reconstructivo, ayuda a fortalecer la integración y el trabajo en equipo y recuperar la autoestima, como así también promover hábitos nutricionales saludables. Se tiende a lograr un sistema de producción continua en el que se aporta trabajo y conocimiento todo el año y se obtienen hortalizas frescas, frutas y hierbas aromáticas para la ingesta diaria.

Los huertos urbanos a menudo reciben el nombre de huertos vacacionales o de fines de semana. Es el caso de aquellos huertos que quedan lejos de las poblaciones y son posteriores a la construcción de una casa de veraneo o chalet. En el chalet como se entiende en España y algunos países no centroeuropeos resulta una vivienda secundaria en la que casi siempre se desarrolla alguna actividad agrícola que sirve de pasatiempo.